Mira mamá, puedo hacerlo Yo solita!! Gritó Adriana mientras se ponía su gorro con un lindo rozón. Después de un gran aplauso, Adriana entendió que podía demostrar a sus papás que había muchas cosas que ya podía empezar a hacerlas sola. Así empezó en el baño, con la pasta de dientes y el cepillo comenzó […]
Mira mamá, puedo hacerlo Yo solita!!
Gritó Adriana mientras se ponía su gorro con un lindo rozón.
Después de un gran aplauso, Adriana entendió que podía demostrar a sus papás que había muchas cosas que ya podía empezar a hacer
Mira mamá, puedo hacerlo Yo solita!!
Gritó Adriana mientras se ponía su gorro con un lindo rozón.
Después de un gran aplauso, Adriana entendió que podía demostrar a sus papás que había muchas cosas que ya podía empezar a hacerlas sola.
Así empezó en el baño, con la pasta de dientes y el cepillo comenzó a cepillarse sus dientecitos, arriba, abajo, izquierda y derecha contando hasta 10, contando hasta 20.
Luego hizo lo mismo con sus medias de color, aunque con esfuerzo, sus dos pies quedaron listos para los zapatos, y luego intentó, el zapato izquierdo fue a parar a su pie derecho, y el derecho a su pie izquierdo.
¡Ay que dolor, me aprietan, parece que algo anda mal! pensaba Adriana.
¿Y si es al revés? decía mientras tocaba sus zapatos con las manos… mmm lo intentaré.
Cambió los zapatos a cada pie y eureka!!! ahora si estaban en el lugar correcto, ya no dolía y podía hasta caminar.
Adriana se alegró pero un nuevo reto se presentó, los pasadores para ajustar los zapatos… y dijo: Mamá, me puedes ayudar?