En esta ocasión hablamos con Chevy Ojanco. La entrevista comienza con Chevy narrando la historia de cómo se convierte en videógrafo de bodas. Todo empezó cuando el estudiaba realización, y sabía que quería dedicarse al mundo del cine. Un amigo le propuso hacer unos vídeos de boda trabajando para una productora de Sevilla, y este aceptó. Reconoce que odiaba los vídeos de boda, le resultaban algo cuadriculado, que no dejaban lugar a la imaginación y muy aburridos. Cuando Chevy terminó sus estudios, se dedicó a hacer vídeos corporativos para cargos políticos y algunos cortos, pero de nuevo se dio cuenta de que no había margen para la creatividad en lo que él hacía. Él quería un sitio donde explotar su creatividad al máximo pudiendo ser él mismo, y de nuevo apareció el mundo de los vídeos de boda. Esta vez trabajando por cuenta propia, dejó fluir su creatividad, se decantó por contar una historia de dos personas que iban a casarse, etc… En lugar de hacer lo que ya estaba estipulado para los vídeos de boda en aquella época. Chevy habla sobre su primera boda, y nos cuenta como fue un desastre, debido a que estaba demasiado nervioso y quería abarcar más de lo que podía. Cuenta que la experiencia fue muy dura, pero que gracias a ella aprendió a estar calmado y que no tienes que abarcar la boda entera, si no lo que tú quieres contar de ella. Reconoce que al principio su estilo no trataba de contar ninguna historia, y que hacía las cosas porque quedaban “guay”, hasta que asistió a un taller de Francisco Montoro, quien le ayudó a dar un cambio radical a sus vídeos y a encontrar su estilo actual. Considera que una de sus virtudes es ser una persona camaleónica, capaz de adaptarse a los cambios, y tal vez por eso su mayor miedo es el tiempo, ya que comenta que este es lo único que no se puede controlar, y le da miedo que al hacerse mayor, no sea capaz de adaptarse a los cambios de manera eficiente. Sus motivaciones son conectar con las personas que llegan a contratarlo, crear ese vinculo que los una para hacer de un vídeo de bodas algo que los novios no puedan olvidar, y o quedarse estancado jamás. Chevy es autodidacta, le gusta aprender por si mismo investigando, fallando y aprendiendo de los errores o criticándose a sí mismo, pero reconoce que (aunque pocas veces) ha asistido a talleres o congresos que le han ayudado de una manera que ni él mismo esperaba (Como VideoSUMMIT 1 y 2). Cree que es muy necesario tener unas bases teóricas firmes y consolidadas para poder tener una buena experiencia en la práctica, aunque también piensa que es necesario coger soltura y experiencia practicando. Habla sobre participar en concursos y de su parte positiva, que es el aprendizaje, ya que otro profesional analiza y critica tu trabajo, lo que te hace valorar tus errores y ayudarte para no volver a cometerlos. Son dos cámaras en cada boda, tanto él como su pareja, y dice que es algo que le facilita mucho el trabajo, ya que tener dos puntos de vista es algo imprescindible, según él. Chevy le da una gran importancia al sonido, y cree que es al menos, el 50% del vídeo. Como siempre, pedimos tres consejos: El primero es que conectes tanto contigo mismo como con el vídeo que estás haciendo, el segundo es que seas humilde, y aceptes las cosas tal y como son. Por último, que cuestiones tu trabajo, lo valores y lo critiques, y pienses en si es realmente el trabajo que quieres.
En esta ocasión hablamos con Chevy Ojanco. La entrevista comienza con Chevy narrando la historia de cómo se convierte en videógrafo de bodas. Todo empezó cuando el estudiaba realización, y sabía que quería dedicarse al mundo del cine. Un amigo l