El telescopio espacial James Webb es un milagro de la ciencia y la ingeniería modernas. Con un espejo revestido de oro de 6,40 metros de diámetro, y protegido por un parasol del tamaño de una pista de tenis, es el telescopio más potente del mundo y el intento más reciente de la humanidad para dar respuesta a interrogantes como: "¿De dónde venimos?" y "¿Estamos solos?" (Fue necesario plegarlo como un origami para poder ser lanzado al espacio). El nobel John C. Mather, líder del equipo de la NASA que construyó el Webb, explica cómo el telescopio observará las primeras galaxias que se formaron en el universo primitivo, atravesará nubes de polvo cósmico y gas para revelar estrellas en su fase inicial y descubrir nuevos detalles acerca de lugares como Europa y Titán, los cuales podrían albergar vida. "Este telescopio nos proporcionará grandes sorpresas", afirma Mather.